También por esos años se constituyó una plataforma de pacientes afectados por retinosis pigmentosa que demandaban que se les aplicara el suero milagroso y curativo que administraban en Rusia y que curaba dicha enfermedad. Tal importancia cobró el asunto, que el ministerio de Sanidad envió una comisión de expertos (entre los que figuraba nuestro compañero Salvador Villalobos) al Instito Hemholtz de Moscú a estudiar este asunto. Veredicto de la comisión: Tomadura de pelo total y absoluta, como no podía ser de otra manera.
Como en aquella época había que comprar los libros, no como ahora que se descargan de internet, yo tenía por costumbre pasar de vez en cuando por Panayotis, librería medica que estaba en el centro. Cuál no sería mi sorpresa cuando me encuentré en las estanterías un libro de oftalmología rusa, editado por el mismísimo Fyodorov. Me lo compré sin dudarlo. Y la verdad es que mereció la pena: nada más abrirlo, en las guardas del libro ya mostraban la primera joya: el quirófano de cataratas tipo “cadena industrial” de los rusos: varias mesas quirúrgicas colocadas en paralelo; en una se hacían las incisiones, en otra la capsulotomía, en otra se extraía el núcleo, etc. No sé qué recordaba más, si a una fábrica de coches o a un matadero.
El libro dejaba con sensaciones contrapuestas: por una parte se podían ver las carnicerías que hacían en las queratotomías radiales; la cirugía para detener la progresión de la miopía, consistente en poner “un tope de esclera”, un vendaje anteroposterior al ojo y así evitar que creciera (O sea, el mismo principio científico de vendar los pies a las niñas chinas para que no crezcan).
Por otra parte, algunas temas eran sorprendentes: las indicaciones de cirugía de cataratas, que dejaba fuera a diabéticos y todo tipo de pacientes con enfermedades concomitantes (si hiciéramos esto hoy día, acabábamos en dos días con la lista de espera); LIOs extrañísimas, con la óptica en cámara anterior y los hápticos intrasaculares; fórmulas complejas para calcular la indentación de los explantes esclerales (toda la vida operando retinas, y yo sin llevarme la calculadora atómica a quirófano. Que fallo).