Pues bien, a propósito de los piojos, recientemente hablábamos en la sobremesa de la boda de Guille sobre piojos, su tratamiento y efectos en la visión (¿Que mejor tema para hablar en una comida?) y prácticamente nadie conocía la patología derivada de utilizar alcohol de chirimoya. Este macerado, que se obtiene de añadir alcohol a un bote con huesos de chirimoya machados es muy muy eficaz contra los piojos, pero es muy fácil que mientras se aplica caiga algo, que "chorree" algo de alcohol hacia los ojos y provoca una queratitis bestial. La urgencia es inconfundible. Recuerdo una vez que estaba yo de guardia, sentado en el ordenador, haciendo los informes, y el residente sentado en la lámpara. Entró la urgencia típica, inconfundible: una niña con el pelo brillante, ¡brillantísimo! y las manos, cerradas en dos puños oprimiéndose ambos ojos. Desde la puerta le dije a la madre "¿Cuando le puso el alcohol de chirimoya a la niña?", con gran asombro suyo y del resi. Pero es que no tiene confusión.
Bueno, pues aquí en Málaga sí que es relativamente frecuente. Os animo a los que veáis algún caso que lo documentéis (con un smartphone mismo se sacan magníficas fotos) para presentarlo en algún sitio. Puede salir una comunicación muy interesante, que reúna lo curioso del caso (lo conoce poca gente que existe), morbo (piojos, parásitos...ajco, ajco). En fin, puede quedar bien la cosa.