Pero vamos a la parte lúdica, como dicen los políticos... El viernes celebramos el cumple de Don Alfonso; pasamos un rato estupendo. Yo tuve que irme pronto, porque tenía un compromiso por la tarde temprano, pero no hay mal que por bien no venga. Así no tuve que asistir a la evidencia de la paupérrima situación por la que atraviesa la profesión medica: Véase como queda un jamón después de pasar por las hambrientas fauces de un puñado de sanitarios: