Fue en el año 1991; ahora se cumplen 20 años, o sea motivo de más para que este sea un atracón especial, "20 Anniversary Edition"...
La cosa fue así: Nos fuimos a comer a La Lonja, una marisquería que había por la maestranza, y vino todo Dios: médicos, enfermeras, celadores... por lo menos 40 personas. A la hora de pagar, cuando trajeron la cuenta (el cuentón más bien), se dijo de pagar a escote, y un grupo de enfermeras de quirófano (en aquella época operábamos en el materno) salieron diciendo "¡Ah! ¿Pero esto no lo pagaba un laboratorio?", y sin más se levantaron y se fueron, entre grandes risas y chacotas. Un simpa en toda regla, y eso que todavía no se había inventado. La cosa es que se fue quitando de enmedio todo el mundo, médicos, celadores, enfermeras, y nos quedamos cuatro gatos: Joaquín Irigoyen, Baltasar Ramos, un servidor, Arturo Oliva, Paco Calvo (q.e.p.d.) y unos pocos más. Paco Calvo tuvo una idea genial: "Pues que paguen los dos R1, que para eso vamos a estar enseñándoles lo mejor de nuestros conocimientos, y así nos lo agradecen de alguna forma". Dicho y hecho. Ante su incredulidad, los dejamos solitos (eran Paco Román y Paco González) en el restaurante con la cuenta por delante. Creo que recientemente han terminado de pagar los plazos de lo que pagaron ese día.
Otro capítulo más para el libro de la hirtoria de Servicio...