Todo esto me ha dado mucho que pensar en estos días.
En primer lugar, en el ninguneo al que hemos rebajado la cirugía de cataratas: "Esto se opera en un momentito y se va al rato de alta", "Es con gotitas", "Es una cirugía poco compleja"... Apoyamos la idea popular de que la cirugía de cataratas "es como quitar un pellejillo". Pero las complicaciones graves pasan.. ¡Ya ves si pasan!... Así, a bote pronto recuerdo 6 casos sucedidos en el servicio en el tiempo que llevo ejerciendo (lo cual va de acuerdo con la estadistica de este evento).
En segundo lugar, que, como decía la ATS de quirófano Mª Carmen, "hasta el rabo, todo es toro": O sea, bajamos la guardia cuando la cirugía está terminando, pero la cirugía realmente termina cuando el paciente ha salido de quirófano.
Tercero: Mucho cuidadito con esas cirugías que se apuntan con 0.5 o más de visión. Puedes tener complicaciones desastrosas, el peligro siempre está ahí. EL PAI de cataratas lo dice muy clarito: la cirugía de cataratas, salvo casos muy concretos y justificados, está indicada en los casos de visión corregida MENOR a 0.4 -o sea de 0.3 para abajo- (piensa siempre en un juez con esta normativa por delante cuando te encausan por amaurosis causada por una endoftamitis, expulsiva u otra complicacion en una cirugía "tan sencilla"). Y esto va también para la actividad privada. La justicia no distingue entre pública y privada.
Tercero: hay que evitar el encarnizamiento terapeútico. En la vitrectomía de esta señora, cuando vi que había poco remedio, no seguí insistiendo con maniobras agresivas. ¿Por qué?. Porque si insisto con apurar los drenajes, retinectomías, apertura de embudos con perfluorón, silicona, etc, -para tener una visión final de movimientos de mano-... favorezco la oftalmía simpática, y la paciente pasa de tener un mal resultado quirúrgico a la ceguera absoluta. Diréis que la oftalmía simpática es muy rara.. Sí, es muy rara... pero yo tuve un caso, en un paciente en el que me emperré en ponerle la retina en su sitio. Esa mala experiencia me ha hecho ser más conservador en mis planteamientos.
En definitiva, la cirugía de cataratas es un pastelito, pero con una bomba de relojeria dentro que estalla algunas veces... no olvidemos que la bomba está ahí.