Mediado de los años 80. Como debía de sobrar el dinero, a alguien se le ocurre que es intolerable que los pueblecillos de la Axarquía no tengan escudo heráldico. Como no lo tienen… pues se lo inventan. Es escogido como inventor un señor de esos de los que entienden de blasones y señoríos, que tras recibir el correspondiente estipendio, entrega el escudo con todos los derechos al ayuntamiento de Sedella. Recuerdo que asistí al acto de presentación con una mezcla de incredulidad, estupor y vergüenza ajena. Bueno, a lo que íbamos. Una de las figuras del escudo era el rey Boabdil encadenado, como seña de la victoria sobre los musulmanes en la batalla del Arroyo de la Matanza. Pasan los años y viene la extraordinaria moda de “la alianza de civilizaciones”, que impregna por supuesto a la corporación municipal de Sedella, la cual decide quitar las cadenas del escudo de Boabdil y sustituirlas por un cetro como prueba de “amistad y respeto hacia el pasado musulmán de la villa”. Y ahora viene lo de Despeñaperros; poca gente sabe de dónde viene el nombre de este parque natural. Su origen está en que tras la batalla de las Navas de Tolosa, en Jaén (sí en Jaén… que daño ha hecho la LOGSE… pensabais que las Navas de Tolosa estaba por Navarra o por ahí ¿no?), los prisioneros árabes eran ejecutados precipitándolos por aquellos barrancos. Y digo yo ¿PARA CUANDO CAMBIAR EL NOMBRE DE DESPEÑAPERROS? ¿CÓMO PUEDEN CONSENTIR ESTA IGNOMINIA LOS POLÍTICOS ANDALUCES?