Hacer la residencia

He estado leyendo unas entradas en un blog de un residente de Carlos Haya donde se quejaba sobre lo poco tutelados que había estado en las urgencias del civil (incluyendo a oftalmología), y me ha vuelto a traer a la cabeza lo muy equivocados que están algunos residentes (sobre todo de familia) sobre lo que es hacer el MIR. Ingenuamente algunos piensan que la residencia es que un adjunto te enseñe, te explique, te instruya, y mientras el residente en cuestión, toma apuntes y aprende (ósmosis). Y por la tarde al cine. Y a fin de mes a cobrar. Pues NO. La fórmula más bien es: Me hincho de trabajar (veo muchos enfermos) + me hincho de estudiar + le pregunto alguna duda al adjunto (que igual sé yo más que él de eso) = aprendo muchísimo y adquiero una formación estupenda. Esto no va con segundas para los nuestros residentes de oftalmológia, la mayoría de los cuales cumplen estos requisitos. Va por los que ya sabéis...esos que son los que más se quejan y que suelen ser los más flojos tanto a la hora de trabajar como a la hora de estudiar. Todavía recuerdo la anécdota del residente Gregorio Samsa cuando una semana en que el martes era festivo, no vino el lunes porque creía que era puente. Por favor. La facultad quedó atrás.