"Hace muucho, muuuucho tiempo, no existían los ordenadores. Por lo tanto, no era posible el preparar una charla en Power Point (ni en su antecesor, el difunto Harvard Graphics), ni nada parecido. Pero sin embargo, había un gran interés por documentar los casos, presentarlos, intercambiar experiencias... en fin, es espíritu que han conseguido, pacientemente, cargarse nuestros gestores actuales (y pasados). ¿Y cual era el proceso para documentar los casos?. Pues primero había que hacer una foto en el retinógrafo; analógico, nada de digital... Hacías la foto y hecha quedaba... Al revelarla salía bien o salía mal... Nada de hacer 500 disparos como ahora y quedarte con la buena. Los que en aquella época acomodábamos teníamos la peguilla de que nos salían todas desenfocadas. Pues te fastidias... el paciente ya se fue... la foto se hizo hace un mes...
Después de hacer la foto, había que revelarla. El carrete era de diapositivas Ektachrome 100, y había que enviarlo al servicio de fotos del hospital o a la calle, dependía del humor del director de turno. Una vez revelado, el servicio de fotografía de Hospital lo clasificaba en las llamadas "filminas", que a su vez iban a un álbum para su clasificación.
Luego, llegado el día de la presentación, las filminas se ordenaban en un proyector de diapositivas, de los cuales el mejorcito era el Kodak de carro (nos robaron por cierto el que teníamos).
Os dejos dos fotos, una del álbum de filminas y otra de un Behcet con letra original del jefe, del año 1978. Solo son 35 añillos de nada".
Próximamente haré una entrega sobre el monstruoso engendro l"proyector de transparencias" y su primo hermano el terrorífico "Proyector de cuerpos opacos"