La experiencia fue muy educativa. Lo primero que me llamó la atención es que el 70% de la gente que trabaja allí (incluyendo la simpática flota de repartidores payoponis) son sudamericanos. Teniendo en cuenta que antes de contratar a un extranjero la oferta de trabajo tiene que estar en el INEM un mes sin que ningún español la quiera... ¿Que pasa, que todos los parados son médicos o abogados?. Yo creo que lo que sucede es que el sueldo de un IKEA-man es de unos 800 euros y si desglosas 300 para el alquiler (compartiendo piso, claro) + 200 para sustento (ropa, comida...) + 200 para imprevistos y gastos varios, pues te quedan 100 eurillos para ti, y la verdad, 100 euros y más ya me los da papi (y sin trabajar) y en vez de compartir un pisucho me quedo en la casa familiar, donde tengo internet, canal plus, tele gigante, la criada (mami), etc. etc. Pero eso no son parados...eso son personas que no quieren trabajar (por los motivos que sean, todos muy respetables...pero no son parados).
El segundo punto curioso es la estructura de IKEA en sí misma. Es un laberinto claustrofóbico, con una sola dirección de marcha: hacia delante. O sea, tú no puedes comprar media docena de vasos, pagas y te vas. No. Tienes que recorrer el IKEA de punta a punta. Se entra por la entrada (en una punta) y se sale por la salida (en la otra punta). No me gusta nada eso.
Otra cosa: estoy seguro que IKEA tiene acciones en las casas de material quirúrgico para reparación de hernias lumbares. ¡Pero por favor!, no había sudado la gota gorda de esa manera desde hacia siglos... tener que recoger uno mismo todas las piezas del almacén. En la vida vuelvo a hacer semejante disparate.
Y lo último, el instructivo "Tunel del tiempo en la Vida de un Matrimonio". Dentro del IKEA las parejitas jóvenes, con su babita caida el uno con el otro, eligiendo los muebles y complementos, preparando su nidito de amor..."¿Te gusta esta cortina cariño?" "Si mi amor..." y fuera en el parking, la dura realidad de 20 años más tarde: El marido le pega tremendas voces a su señora: "¡ María, ya te dije que esta mesa no cabía en el coche ! ¡ Mecagüen Sos! ¡ Esto me pasa por hacerte caso ! ¡A tomar por saco ! Ahí se queda eso tirao ! ¡Pal que lo quiera!"
¿Bienvenido a la República independiente de mi casa? Me parece que en este aspecto me voy a hacer fiel monárquico...