La verdad que es una pena irse así: de un día para otro pasas de hacer un trabajo ordinario, al 100%, un parte de quirófano completo, una consulta con todos su citados, y al día siguiente, hala, no vengas.
Hasta hace poco esta situación dolorosa para todos se mitigaba un poco con la alegría de la llegada de un nuevo compañero para sustituir al jubilado, pero esto ahora se ha puesto tan difícil, tan complicado...
Son muchas las anécdotas que podemos contar de Arturo... yo destacaría las relacionadas con su permanente corporativismo (en el buen sentido de la palabra), y para ilustrarlo, os recuerdo aquello que pasó en un congresillo de glaucoma, más o menos así:
- PONENTE: "¿Cómo enfocáis las complicaciones que tienen los residentes en su cirugía? ¿Las sigue el residente? ¿Interviene el adjunto?"
- ARTURO: "Mis residentes no tienen complicaciones".