Quienes tengáis algún contacto con médicos de familia o algún paciente diabético, estaréis familiarizados con la campaña de autocontrol en la DM tipo 2. Carteles, cursillos, "talleres", educación de los pacientes...una campaña mantenida durante años y años en la que se insistía en que el mejor control de la diabetes es el que se hace el propio enfermo, en su casa, con sus tiritas. Y es verdad... La diabetes es muy puñetera, como sabéis todos, y hay que cogerle "el tranquillo" a los alimentos...por ejemplo, el arroz Brillante tiene el 50% menos de hidratos de carbono que el arroz normal y eso no viene en ningún sitio; te das cuenta por prueba y error, que uno sube más que otro la glucemia. Otra cosa es que se supone que garbanzos, lentejas, espaguetis, arroz, pan, tendrían que subir más o menos igual el pico postprandial de azúcar, pero no es así, hay una susceptibilidad personal...hay quien se infla de pasta y como si tal cosa y sin embargo a poco que se pasen con un miniplato de garbanzos se pone la glucemia por las nubes. Y todo esto lo afinas con el autocontrol; sacas unos hábitos a ojímetro de lo que puedes comer y en que cantidades.
Pues ¿Cual es la última ocurrencia de la conserjería de Salud?. ¡Quitar las tirillas reactivas, hombre, sacarlas de los fármacos financiados por el SAS! (os recuerdo que sin embargo todavía sigue vigente el engendro de lo de las recetas de la junta, las cruzadas). O sea, tantísimo coñazo y dinero empleado durante años en fomentar el autocontrol y ahora resulta que las tirilas (50 euros el bote) si las quieres te las pagas tú. Es lo que les hacía falta a los diabéticos para llevar un control aún peor de lo que lo llevan muchos. Iros haciendo a la idea de que a partir de ahora cuando le preguntéis a un diabético sobre como lleva su enfermedad, que niveles de glucemia tiene, os conteste: "Ni idea, han dejado de financiar las tirillas y no puedo gastarme 50 euros todas las semanas en comprarlas". Muy buena idea, sí señor. Es que hay mucha crisis. Pero para el gasto que se nos viene encima de auxiliares, jefecillos, papel, correos, etc. de la "Factura Sombra" (que no sirve para nada, como ya ha quedado patente en Cataluña y Valencia), para eso no hay problema. Que gestión más pésima, Dios mío...
Pues ¿Cual es la última ocurrencia de la conserjería de Salud?. ¡Quitar las tirillas reactivas, hombre, sacarlas de los fármacos financiados por el SAS! (os recuerdo que sin embargo todavía sigue vigente el engendro de lo de las recetas de la junta, las cruzadas). O sea, tantísimo coñazo y dinero empleado durante años en fomentar el autocontrol y ahora resulta que las tirilas (50 euros el bote) si las quieres te las pagas tú. Es lo que les hacía falta a los diabéticos para llevar un control aún peor de lo que lo llevan muchos. Iros haciendo a la idea de que a partir de ahora cuando le preguntéis a un diabético sobre como lleva su enfermedad, que niveles de glucemia tiene, os conteste: "Ni idea, han dejado de financiar las tirillas y no puedo gastarme 50 euros todas las semanas en comprarlas". Muy buena idea, sí señor. Es que hay mucha crisis. Pero para el gasto que se nos viene encima de auxiliares, jefecillos, papel, correos, etc. de la "Factura Sombra" (que no sirve para nada, como ya ha quedado patente en Cataluña y Valencia), para eso no hay problema. Que gestión más pésima, Dios mío...
