O sea, en resumen: es preferible que un desprendimiento de retina con la mácula aplicada la opere un cirujano experto en retina, descansado, en un quirófano reglado, con personal de quirófano bien entrenado (aunque esto suponga una demora de unos días) a que se opere en en contexto de unas urgencias, por un cirujano que quizás no es experto en la cirugía compleja de la retina, en un quirófano atendido por personal del turno de emergencias, y a las cuatro de la mañana, con todo el mundo reventado ya a esas horas.