Casualmente, ayer me repasaba el último número de la revista Retina, en la que un artículo recomienda la observación en casos moderados de STVM. Esto, junto a las diferentes publicaciones que casi equiparan los resultados de la ocriplasmina al de la inyección de gases expansibles para inducir un DPV completo (que por cierto, fue motivo de la presentación de Jose este pasado Congreso de la SAO), me ha hecho pensar sobre el negro panorama que se le presenta a este fármaco: muy caro y cada vez más evidencia de similitud de resultados con procedimientos más conservadores o económicos. Nadie duda de su eficacia, más que demostrada... ¡Pero que difícil veo que triunfe en el mercado!